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Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. (Apocalipsis 3:15-16 NVI)
Después de comprender este, podrás ver los tres en otros pasajes. Por ejemplo, la ilustración de la “mala hierba” y el “trigo” también contiene los que tienen que “crecer,” que no son ni mala hierba ni trigo en que Jesús no quiere que los separen antes de que sea claro lo que son, dejándolos crecer.
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Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. (Apocalipsis 3:15-16 NVI)
La segunda venida está en que Jesús esta por vomitarlos de su boca, algo que hará personalmente en la segunda venida.
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porque ya saben que el día del Señor llegará como ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores de parto. De ninguna manera podrán escapar. Ustedes, en cambio, hermanos, no están en la oscuridad para que ese día los sorprenda como un ladrón. (1 Tesalonicenses 5:2-4 NVI)
Tres destinos diferentes: un grupo lo experimenta como ladrón, otro grupo es destruido y un tercero no lo experimenta como ladrón. Llegar como ladrón no será nuestra experiencia ni será la experiencia de los que mueren por la espada que sale de la boca de Jesús. Sera la experiencia de los que duermen y no están alerta sobre todo el aceite del Nuevo Testamento, como los judíos que no aceptaron a Jesús y se quedan fuera de la puerta cerrada en la ilustración de las diez vírgenes. Estos fuera de la puerta cerrada no son destruidos, son perdonados cuando el Redentor “venga” en Romanos 11:25 al 32.
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Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras todos dormían, llegó su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo, y se fue. Cuando brotó el trigo y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. Los siervos fueron al dueño y le dijeron: “Señor, ¿no sembró usted semilla buena en su campo? Entonces, ¿de dónde salió la mala hierba?” “Esto es obra de un enemigo”, les respondió. Le preguntaron los siervos: “¿Quiere usted que vayamos a arrancarla?” “¡No! —les contestó—, no sea que, al arrancar la mala hierba, arranquen con ella el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha. Entonces les diré a los segadores: Recojan primero la mala hierba, y átenla en manojos para quemarla; después recojan el trigo y guárdenlo en mi granero.”» (Mateo 13:24-30 NVI)
Si cuando crezcan a “mala hierba” y “trigo” podrán separarse, es porque los que tienen que “crecer” no son ni “mala hierba” ni “trigo” hasta que crezcan y por eso hay la posibilidad de arrancar los que llegaran hacer trigo con los que maduran a mala hierba, si los separas antes de que crezcan. Los ángeles en la segunda venida separan a la mala hierba del trigo, uno va al cielo y el otro morirá en el Armagedón, pero Jesús menciona el destino de los que tiene que crecer ser dejarlos en la tierra crecer juntos, vomitándolos de su boca.
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Una vez que se despidió de la multitud, entró en la casa. Se le acercaron sus discípulos y le pidieron: —Explícanos la parábola de la mala hierba del campo. —El que sembró la buena semilla es el Hijo del hombre —les respondió Jesús—. El campo es el mundo, y la buena semilla representa a los hijos del reino. La mala hierba son los hijos del maligno, y el enemigo que la siembra es el diablo. La cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. »Así como se recoge la mala hierba y se quema en el fuego, ocurrirá también al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen pecar. Los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga. (Mateo 13:36-43 NVI)
Esta aclaración, con el pasaje anterior, revela la razón por los que tienen que crecer, después de 6000 años de historia, ser Satanás plantar mala hierba entre el trigo que mantiene hasta la venida de Jesús tibios que Jesús vomita personalmente de su boca en su venida. Por encarcelar al “diablo” durante los mil años es que Apocalipsis revela todos sus rediles en un rebaño en Israel ser recogidos por la Nueva Jerusalén y todas las “naciones” que Satanás no pudo engañar durante los mil años a su alrededor venir contra Israel y ser consumidos por fuego del cielo. Dos grupos en la tercera venida cuando quitas a Satanás del medio y no antes mientras Satanás este suelto. Estos dos grupos crecieron de solo tibios dejados en la segunda venida, crecieron durante los mil años.
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Unidos en la esperanza, Jorge
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