12 RAZONES POR QUE LA “LEY DE CRISTO” Y LA “LEY DE DIOS” SON UNA SOLA Y LA MISMA
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Jesús dijo: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30).
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Jesús dijo: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30).
1 - Porque no hay evidencia bíblica de existir una “ley de Cristo” que ha tomado el lugar de la “ley de Dios” y los que hacen esta interpretación sólo presentan suposiciones e inferencias improbables.
Nota: Una interpretación popular y común es que ahora el cristiano se rige por una “ley del amor”, según Cristo enseñó, con “nuevos mandamientos” (Mat. 22:36-40). Pero basta comparar estos textos con Lev. 19:18 Deut. 6:5 para ver que Él Se limita a reiterar lo que dijo Moisés. Por supuesto, las leyes de Dios siempre se han basado en los principios de “amor a Dios” y “amor al prójimo.”
2 - Porque Pablo se refiere a “la ley de Dios” de manera normal, diciendo que con la mente la sirve y que se complace en ella, y tiene en cuenta que “la carne” no está sujeta a la ley de Dios, etc. (Rom. 7:22, 25; 8:7 y 8). Él sigue hablando de “ley de Dios”, “mandamientos de Dios”, cosas que serían superadas por la interpretación antinómica y neoantinómica, y emplea el tiempo verbal presente todo el tiempo en los pasajes citados.
Nota: Pablo dice que “la ley [de Dios] ES (no dice 'era') santa, justa y buena”, además de placentera y de que la conserva em su mente (Rom. 7:12, 14, 22). Por la interpretación tortuosa de los antinómicos o neoantinómicos, Él debería concentrarse en hablar sólo de “ley de Cristo”, y al referirse a la “ley de Dios”, debería utilizar el tiempo pasado, no el tiempo presente.
3 - Porque Pablo enumera naturalmente los mandamientos del Decálogo (la “ley de Dios”) indicándolos a los cristianos de Roma, resaltando que deben ser obedecidos de acuerdo con el principio de “amor”, en vez de hablar de mandamientos de la “ley de Cristo” (Rom . 13:8-10). En vs. 9 muestra que él está tomando la parte por el todo, cuando dice que “si hay algún otro mandamiento. . .” Él sabía que había, no “otro”, sino “otros”.
Nota: Pablo ciertamente no ha considerado necesario mencionar uno por uno de los mandamientos, ya que su objetivo en este pasaje no es “revalidar” los mandamientos para hacerlo válidos para los cristianos.
4 - Porque Pablo recuerda a los Efesios mandamientos del Decálogo (citando específicamente el 5to. 8vo. 9no. y 10mo. mandamientos--Efe. 6:1-3, 4:25-31) como siguiendo válidos y en vigor.
Nota: Él debería instarles a que respetasen los mismos principios en un código diferente, que sería la “ley de Cristo”, si tuviera fundamento tales interpretaciones erróneas.
5 - Porque Pablo dice que ahora se debe obedecer a los “mandamientos de Dios” y no a los “mandamientos de Cristo” (1 Cor. 7:19).
Nota: Para ver lo que los lectores contemporáneos de Pablo entenderían por este lenguaje de “mandamientos de Dios” sólo es necesario leer Rom. 7:7-13: claramente se percibirá que son también los mandamientos del Decálogo. Por supuesto, esto también incluye otros mandamientos, como el de “predicar el evangelio a todo el mundo.”
6 - Porque Pablo dice retóricamente estar ahora bajo la “ley de Cristo” (1 Cor. 9:21), siendo que en Gál. 6:2 la define como siendo “sobrellevad los unos las cargas de los otros”, lo que es solamente la reiteración de una parte de la “regla áurea” que el propio Cristo expresó en Mat. 22:36-40--amar al prójimo como a si mismo.
Nota: La otra parte de esa “regla áurea” es el mandamiento SEMEJANTE, de “amar a Dios sobre todas las cosas”, siendo que de ambos estos mandamientos “dependen toda la ley y los profetas”.
7 - Porque Juan en el Apocalipsis dice claramente que los fieles hijos de Dios se caracterizan como los que “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apo. 14:12), en vez de hablar de los que “guardan los mandamientos de Cristo”.
Nota: Claro, son los mismos, pues no existe esa dicotomía artificial que se quiere crear entre “mandamientos de Cristo” y “mandamientos de Dios” (o “ley de Cristo/ley de Dios”).
8 - Porque en Heb. 8:6-10, que habla de la transferencia del Antiguo al Nuevo Pacto, este importante pasaje trata de “Mis leyes” (de Dios), que son escritas en los corazones y las mentes de aquellos que aceptan el Nuevo Pacto [Nuevo Testamento], no “ley de Cristo”.
Nota: Este tema es muy importante porque muestra cómo, en el Nuevo Testamento, los cristianos tienen la “Ley de Dios” escrita en sus corazones y mentes, y es aquella que el mismo Pablo demuestra como estando en los corazones de carne de los que pertenecen a Cristo (2 Cor. 3:2-6). Él utiliza la misma ilustración de Eze. 36:26, 27 y, ciertamente, cuando habló de “tablas de piedra/tablas de carne” tenía en mente TODO EL CONTENIDO de las tablas de piedra transferido para las tablas de carne de los corazones humanos. De lo contrario, ni habría lógica en usar la misma metáfora de Ezequiel, que seguramente tenía en mente los 10 preceptos de las tablas de piedra, no sólo 9.
9 - Porque Santiago menciona los mandamientos del Decálogo (que sería la “ley de Dios”) como norma para los cristianos, en lugar de concentrarse en hablar de una “ley de Cristo” (Sant. 2:10-12).
Nota: Algunos toman al revés las palabras de Santiago, pensando que él está diciendo que ya que nadie obedece a los mandamientos totalmente, porque si tropieza en uno, tropezó en todos, entonces se tiene libertad de todos. Pero, del contrario, lo que dice Santiago es un reflejo de lo que Cristo dijo en Mat. 5:48: “Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Y hay que recordar que cuando Santiago escribió su epístola, él y sus lectores primarios sabían que la parte ceremonial de la ley ya no tenía valor.
10 – Porque Juan habla de la “ley de Dios” y de la “ley de Cristo” intercambiablemente en sus varias epístolas (ver 1 Juan 2:7; 3:21-24; 4:7-12, 21).
Nota: Él no deja la mínima pista de que haya cualquier contraste entre ambas.
11 - Porque Juan, en un contexto en que habla indistintamente de “ley de Dios” y “ley de Cristo”, cuando definiendo lo que es pecado dice que “es la infracción de la ley” (1 Juan 3:4), sin especificar que habla de una “ley de Cristo”.
Nota: Esta definición bíblica del pecado es curiosamente evitada por los de la línea antinómica dispensacionalista. Parece que no les gusta ni un poco ese texto como aparece en muchas versiones internacionales, definiendo el pecado como “infracción de la ley”. ¿De que ley sería una transgresión el pecado? ¿De la ley de la oferta y demanda? ¿De la ley del mínimo esfuerzo? ¿De la ley de la gravedad? Quién sepa responder a esta pregunta sabrá lo que realmente está siendo dicho por el apóstol de Cristo.
12 - Por que hace parte de la más legítima tradición cristiana que los primeros 4 mandamientos del Decálogo lidian con nuestros deberes para con Dios, y los 6 últimos, lo misto cuanto al prójimo, lo que es mera síntesis (no sustituto) de la misma “ley de Cristo”, o Su conocida “regla áurea” de Mat. 22:36-40.
Nota: Luteranos, presbiterianos, bautistas y anglicanos dicen exactamente eso en sus confesiones de fe de siglos, y siendo que “los 4 primeros mandamientos” refiérense a nuestros deberes para con Dios, eso inescapablemente incluye al 4to. Mandamiento del Decálogo—el del sábado (aún que estos cristianos busquen reinterpretarlo para legitimar el injustificable domingo). Antes de la Reforma Protestante eso ya era así básicamente enseñado por católicos y ortodoxos.
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